Era un viejo italiano jubilado
que vivía tranquilo en una pieza.
Un buen día, un ratón, con gran destreza,
un queso le comió… “Manjar Sagrado”.
Furioso armó una trampa y con cuidado
la colocó debajo de una mesa.
Seguro estaba de atrapar la presa
pues murmuró al dejarla: sos finado.
Se fue a la cama y se quedó dormido.
Y soñó que en la trampa preparada
se hallaba su cabeza aprisionada
…y lanzó, de terror, un alarido.
Desde entonces, la trampa está colgada
y el ratón es su amigo preferido.
domingo, 26 de octubre de 2008
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