domingo, 26 de octubre de 2008

Tarde dorada

Se está muriendo un poeta…
Y hay un silencio tan grande,
y una quietud tan tremenda,
que no se escucha, siquiera,
un lamento, una queja.
Se está muriendo un poeta…
Y es tan oscura la sala
que no se distingue nada
y se confunde de blanco
su rostro junto a la almohada.
Se está muriendo un poeta…
Y en el último suspiro
le pide a su fiel amada
que de par en par se abran
las puertas y las ventanas.
Y una explosión allí nace
de pájaros en bandadas.
De luces multicolores.
De mariposas pintadas.
Y una música comienza
suave, de tristes campanas.
Y son voces celestiales
que dulcemente lo llaman.
Voces que tanto conoce.
Voces que tanto llorara.
Voces queridas, que nunca,
su corazón olvidara…
Se está muriendo un poeta
…y es una tarde dorada.

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