domingo, 26 de octubre de 2008

Las tardes de mi pueblo

Las tardes de mi pueblo son tan dulces
que se quedan grabadas en el alma.
Unas vienen con pájaros cantores
y otras llegan con paz, ternura y calma.

Las tardes de mi pueblo se parecen
a esas viejas leyendas de los cuentos.
Unas tienen caricias y amoríos
y otras mueren mecidas por los vientos.

Las tardes de mi pueblo tienen magia
que atrapan fácilmente el pensamiento.
Arrullos de torcazas y palomas
y música emitiendo el firmamento.

Las tardes de mi pueblo son misterios
de duendes celestiales, puros, tersos…
Tienen el gran secreto del encanto
y el garbo y la armonía de los versos.

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